Los peregrinos de ALCER Salamanca completa el camino primitivo de Santiago

Los pregrinos de ALCER comienzan el Camino Primitivo de Santiago Los pasados días 17,18 y 19 de marzo, el grupo de peregrinos de ALCER continuó con las etapas del Camino de Santiago, esta vez fueron a hacer 3 etapas por el llamado Camino Primitivo, que transcurre por Asturias y enlaza con el francés en Melide. Partieron desde la capital, Oviedo, 11 caminantes (Paco, Marga, Carmen, Meyos, Juan, Nemesio, Luismi, Pilar, Casi, Pili y Javi).
La primera etapa nos llevaría hasta la localidad de Grado, fueron en torno a 25 kms atravesando preciosos valles, salpicados de casitas y granjas por todas partes. La lluvia fue una desagradable compañera de viaje durante buena parte de la etapa, lo cierto es que no nos abandonó en los tres días. Antes de comenzar a caminar, José, el chófer, porque esta vez fuimos en autobús, de la empresa Gaspar, nos subió hasta el monte Naranjo, al lado de Oviedo, donde pudimos visitar las iglesias de Santa María del Naranco y S. Miguel de Lillo, la nueva y la vieja, dos preciosos exponentes del prerrománico asturiano. La etapa la terminamos bastante tarde, algunos más que otros porque nos desorientamos del camino correcto y aparecimos en otro pueblo, Trubia, que quedaba algo más retirado por lo que el retraso fue considerable.
Dormimos en el albergue de Villapañada, estaba situado en lo alto de un monte, abajo en la falda quedaba Grado. Su hospitalero se llamaba Domingo, para nosotros Juan “El golosinas” porque tenía cierto parecido, o al menos así nos parecía, con semejante famoso, muy amigo de la familia Flores. Domingo es un tipo simpático, muy afable, que nos contaba historias del camino, de las etapas y de aquellos contornos, también conocía bastante bien Salamanca y su provincia, le invitamos a cenar de nuestros hornazos y lo cierto es que le gustaron bastante. Nos comentó que había un monte cercano desde el que se veía un paisaje espectacular de los valles con sus pueblecitos iluminados y del cielo, plagado de estrellas, se ofreció a llevarnos esa noche con su coche y algunos cuantos, los más atrevidos, o menos cansados, decidieron acompañarle. Domingo no les defraudó, vinieron encantados de las preciosas vistas y de lo interesante de sus explicaciones.
La segunda etapa nos llevó hasta la localidad de Salas, otro pueblo grande de la zona, a medio camino pasamos por Cornellana un pueblo muy famoso por ser donde hacen el concurso de pesca del “Campanu” que así se llama al primer salmón que pescan de la temporada y que alcanza fuertes sumas de dinero en la subasta. En Cornellana la parada fue bastante larga, la ocasión así lo merecía, había un gran ambiente de gente y por el “Campanu” de este año, que dicho sea de paso era un magnífico ejemplar de unos siete kilos llegaron a pujar 6.000 Euros. ¡Qué burrada! Bueno, son tradiciones…
En Salas cenamos todos juntos en un bar, los restos de hornazos que aún nos quedaban, incluso José, nuestro chófer, y Mar su pareja, nos acompañaron a la mesa. Terminamos de ver el partido del Madrid, que por cierto empató, para alegría del chófer, que es culé, y nos fuimos a dormir que el cansancio ya a esas horas era más que evidente. La tercera etapa era hasta Tineo, otro precioso pueblo asturiano, situado en un valle, y que ese día acogía una feria, por lo que estaba bastante animado de gente. Fue creo, la etapa más dura de las tres, para empezar, una subida prolongada de varios kms atravesando un precioso bosque donde la lluvia no tardó en hacer acto de presencia y ya casi no nos abandonaría en todo el día. Atravesamos pequeñas granjas y sorteamos valles, plagados de vacas. Los caminos estaban completamente embarrados lo cual dificultaba bastante nuestro ritmo de ruta. Llegamos todos bastante cansados a Tineo, no en vano, el cansancio de los tres días se había acumulado en nuestras piernas, unido a la desagradable humedad. El premio fue una imponente fabada que nos metimos entre pecho y espalda que nos supo a todos a gloria.
En conclusión, que han sido tres días duros, intensos, pero magníficos para desconectar de la vida cotidiana y para disfrutar de la amistad, del compañerismo y sentirse libre y vivo. Esperamos volver pronto.
ETAPAS
1) TINEO-POLA DE ALLANDE- 28 KMS. (21-4-2012)
De nuevo nos juntamos los peregrinos de ALCER en la avenida de Mirat para continuar con las etapas del camino primitivo de Santiago. Son las seis menos cuarto y ya impacientes los 12 ruteros de esta ocasión (Marga, Carmen, Meyos, Pilar, Rosa, Juan, Nemesio, Paco, Luismi, Pablo, Josito y Javi) esperamos al autobús de la empresa Gaspar, esta vez el chófer que nos lleva es David, un chico muy majo que da la casualidad que tiene a su padre en diálisis.
Son las seis y una vez acomodados los bártulos en el maletero y nosotros en los asientos, comenzamos el viaje.
Llegamos a Tineo a eso de las once, tomamos un cafetito y ¡ala! al tajo. Comenzamos a caminar a las once y media y justo en ese momento empieza a llover, era de esperar. Un hombre mayor, paisano de la zona nos comenta que los caminos están impracticables de agua y barro, y que es preferible que vayamos todo el tiempo por carretera, no le hacemos caso y decidimos ir por los senderos. No se equivocó un ápice. Llovía, el agua nos iba calando y regatos y cascadas se sucedían por todas partes, era un espectáculo precioso pero el camino era a su vez otro río embarrado que nos iba empapando los pies. ¡Madre mía qué chocolate! Unido a las piedras y a las repentinas subidas y bajadas, duro, duro de verdad.
Las dos primeras horas transcurrieron por unas zonas boscosas sin atisbo de civilización, parecía que atravesábamos un parque natural, por allí salía un desvío al monasterio de Obona, ya en ruinas, y decidimos no entrar. El paisaje eso sí, precioso todo el tiempo, valles y más valles verdísimos, con sus casitas y aldeas por allí diseminadas, y al fondo entre las nubes y la niebla recortaban siluetas montañosas de un blanco inmaculado, presagio del futuro ganador del clásico, porque esta tarde, a las ocho, tocaba un Barsa-Madrid de liga. En el grupo la mayoría merengues salvo un par o tres de desviados culés que hizo amenizar con los piques, siempre sanos, eso sí, toda la jornada. En Campiello paramos a comer en casa Ricardo, algunos, viandas propias, otros nos decantamos por degustar un plato de la casa (patatas fritas, huevos y chorizo) ¡Rico, rico!
Una vez cargadas las pilas, continuamos la marcha, quedan todavía 16 kms hasta Pola de Allande. El camino, más de lo mismo, repentinas cuestas, agua y barro, menos mal que a partir de aquí la lluvia nos da una tregua e incluso llegó a salir a ratos el sol. Los últimos kms se hacen pesadísimos, estamos muy cansados de la madrugada, la caminata, la dureza del terreno y los dolores, que ya han ido apareciendo.
Una vez en Pola de Allande nos duchamos en el albergue y nos juntamos todos en casa Lozano, donde duermen los sibaritas del grupo, para cenar empanada y hornazo que hemos traído y ver el partidazo. El dueño se porta genial con nosotros dejándonos un comedor en exclusiva con su televisión para que estemos solos, incluso hicimos de barman propios sirviéndonos las bebidas.
2) POLA DE ALLANDE- BERDUCEDO- 20 KMS. (22-4-2012)
Desayunamos en el café Centro, aún colean los comentarios y cambios de impresiones del partido del día anterior. Comenzamos a caminar a las nueve de la mañana. El primer tramo, por carretera, va subiendo poco a poco, pronto abandonamos el asfalto hacia la izquierda y volvemos a los caminos embarrados y llenos de agua, tuvimos que vadear, poniendo piedras, varias veces los riachuelos, que bajan con mucha fuerza, no es tarea fácil. Estamos subiendo el durísimo puerto del Palo, serpenteando por las laderas de los montes, el grupo viaja disperso, cada uno a su ritmo. Llegar hasta el alto nos llevará varias horas, a unos más que a otros. Arriba, a casi 1200 mts de altura el paisaje es inhóspito, se trata de una planicie atravesada por la carretera, todo está envuelto de una fría niebla y diseminada de postes de alta tensión que verdaderamente afean bastante tanta naturaleza salvaje. Desde aquí bajamos hacia Montefurado, es una bajada muy pronunciada y llena de piedras. Montefurado es una pequeñísima aldea abandonada, solamente vive una familia que se dedica a la cría de vacas. A partir de aquí el camino va subiendo lentamente y sin descanso por lo alto de la ladera, abajo, muy abajo se escucha el estrépito del agua del río en saltos de cascadas. Por fin llegamos, bastante cansados, a Lago, donde tenemos pensado parar a comer, con tan mala suerte que el único bar que hay cierra los domingos, no queda más remedio que seguir hasta Berducedo, fin de etapa, para comer allí. Los peregrinos fuimos llegando a cuentagotas, ha sido una etapa orográficamente durísima y además con lluvia, como no, más viento, niebla e incluso algo de granizo. La tarde la pasamos descansando y cenamos en el bar “El cafetín” los hornazos y empanadas que todavía nos quedan. Aprovechamos para entregarles a las mujeres los recuerdos que les hemos preparado, que ciertamente no se esperaban y que les hace mucha ilusión. Una vez terminado de cenar planificamos la etapa de mañana que acortaremos por problemas de horario y será hasta el hotel de la presa de Salime.
BERDUCEDO-PRESA DE SALIME- 15KMS (23-4-2012)
Tercer y última etapa de este segundo bloque por Asturias. Son las siete y media de la mañana y ya estamos todos desayunando en el bar “El cafetín”. A las ocho en punto emprendemos la marcha, el cielo está plomizo y hace mucho viento. Para empezar, una fuerte subida a la salida de Berducedo y luego de recorrer un par de kms entre bosques, salimos a la carretera y el terreno se suaviza. Llueve ya a cántaros y el fuerte viento nos da de cara. Vamos todos calados enteros y llegando a la población de la Mesa, una fuerte subida de varios kms que nos hace emplearnos a fondo. Caminamos repartidos en diferentes grupos y conseguimos llegar hasta el alto, el viento aquí es bestial y en lo alto del monte los molinos eólicos dan vueltas sin parar, pareciese que de un momento a otro las aspas fueran a salir volando. En éste punto abandonamos la carretera y ya por el camino, comenzamos la vertiginosa bajada hasta la presa, son algo más de seis kms de fuerte desnivel, menos mal que apenas hay piedras, aunque las maltrechas rodillas sufren de lo lindo. Durante la bajada, la lluvia nos concedió una tregua. El paisaje es espectacular, bosques de pinos y abajo, encajonado entre los montes baja manso el río hasta la presa de Salime, empezada a construir en el año 46 y terminada diez años después. La zona se parece mucho a nuestros arribes. El camino zigzaguea constantemente buscando por donde bajar. Todos estamos helados, debido al frío y a lo mojados que vamos.
Por fin, a eso de la una del mediodía ya estamos todos reunidos en la cafetería del hotel, 1 km más arriba de la presa. Tomamos algo, nos reponemos un poco y nos vamos en el autobús hacia Grandas de Salime, aunque antes paramos en el mirador, con vistas espectaculares sobre el reculaje del río para tomar más fotos de grupo. David hace de reportero.
En Grandas de Salime comemos en el restaurante A reigada, una suculenta y reponedora comida a base de fabes con congrio, garbanzos, o espaguetis, y de segundos, pastel de carne, jabalí guisado, o conejo. ¡Todo muy muy rico! Desde aquí, regresamos ya a casa, hasta una próxima ocasión. Han sido tres días muy intensos y duros, de etapas, lluvia, viento, frío, pero volvemos contentos sabiendo que una vez más, el reto ha sido superado porque todo esto no sería posible sin la gran labor altruista de todas aquellas personas que donan sus órganos y que a nosotros nos DAN LA VIDA.

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