Con 21 años y 5 trasplantes a cuestas, ve el futuro con optimismo
Francisco Alarcón
El Diario de El Paso | 2013-08-18 | 22:10
Los problemas de salud pueden minar el futuro de cualquier persona, en especial si son congénitos, pero una vez que son superados el panorama cambia drásticamente. Gracias a una serie de donadores de órganos, una paseña está viendo ese cambio de primera mano y compartió su testimonio este fin de semana ante los participantes de la edición anual del Torneo de Golf de la Amigo Kidney Foundation.
Brittany Desantiago nació hace 21 años con gastrosquisis, un defecto congénito en el que el recién nacido presenta una ruptura en la pared abdominal que expone los intestinos.
Durante sus primeros años estuvo sujeta a un régimen de nutrición parenteral total en el que se alimentó únicamente via intravenosa. A los ocho años de vida esto le provocó daños en el hígado y obligó un transplante múltiple de hígado, intestino, médula osea y páncreas. Para la pequeña y su familia la operación fue delicada pero Brittany la superó y se recuperó bien.
Sin embargo, su vida escolar, familiar y social quedó en segundo plano durante los siguientes años para dar prioridad a su salud.
“Fue difícil, considerando que entré y salí de la escuela muchas veces, y no hice muchos amigos porque me iba y regresaba. Pero sí conservé algunos”, dijo a un costado del campo de golf del Vista Hills Country Club. “Batallé, sobre todo en high school porque el último año lo cursé en casa, pero sí fui a mi baile de generación”.
Sus intentos por llevar una vida normal se vieron interrumpidos. El año pasado le informaron que su cuerpo estaba rechazando su riñón por el uso de algunos medicamentos que se suponía la protegerían del rechazo de órganos, y se le puso en la lista de espera para un transplante de riñón.
Mientras aguardaba el transplante, Brittany se sometió a diálisis por ocho meses hasta que su familia recibió una llamada desde Miami. Un hombre de unos 50 años de edad había fallecido de un infarto, y su riñón estaba siendo preparado para ser transplantado a la paseña.
Un viaje, una visita al quirófano y semanas de recuperación después, Brittany se encontraba en casa y preparada para seguir su camino. Ella y su madre entienden que la bondad de donadores le ha salvado la vida dos veces.
La adolescente es corta de estatura pero posee la sonrisa de cualquier joven de su edad. Y es que recientemente logró graduarse de preparatoria, y está en proceso de entrar al colegio para estudiar y lograr su meta profesional: ser terapeuta infantil.
“Me siento bendecida”, dijo. “Quiere ser terapeuta, mudarse a una ciudad más grande’, agregó su madre. ¿Dónde te ves en cinco o en diez años?, se le pregunta.
“Dónde me veo? Me veo viviendo independiente y experimentando lo que todos los demás experimentan. Ir a la universidad, graduarme, obtener un trabajo”, dijo y esperó un par de segundos. “En unos años quiero tener hijos, un esposo. Me veo saludable”, concluyó.
El testimonio de la paseña fue una de las piezas centrales de la colecta por el décimoquinto torneo de golf organizado por la Amigo Kidney Foundation (Fundación del Riñón Amigo), que busca recabar fondos para ayudar a pacientes paseños que requieran equipo médico, medicamentos, educación y transporte para su tratamiento o posible transplante renal.
En ocasiones los fondos recabados proveen comida y alojamiento para pacientes y familiares que lo necesiten.
Parte del mensaje que se compartió durante el evento giró en torno a campañas de concientización para impulsar el registro de la comunidad en el listado de donadores de órganos, algo que a largo plazo reduciría la espera para personas que como Brittany necesitan de la bondad de alguien más para sobrevivir.
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