La tasa más alta del mundo de la donación de órganos podría estar bajo amenaza debido a la crisis financiera de la eurozona.

Sonia Gallego, de 30 años, nació con enfermedad renal poliquística. Desde su nacimiento, ha estado en diálisis y se ha sometido a tres trasplantes de riñón. Ahora, ha vuelto a la lista de espera y está esperando recibir su cuarto trasplante.
“Él [el riñón] puede venir cuando quiera, siempre y cuando llegue bien y se mantenga durante muchos años”, dice Sonia con un toque de humor. “Eso es lo más importante”.

A nivel mundial, hay un millón de pacientes al igual que Sonia en espera para recibir un corazón, un riñón, el hígado, los pulmones o el páncreas que tanto necesitan. Según el Observatorio Mundial de Donación y Trasplante (asociado con la Organización Mundial de la Salud)  de 100.000 trasplantes que se llevan a cabo cada año, sólo uno de cada 10 pacientes recibirá un trasplante.

Los españoles son algunos de los que más probabilidades tienen de recibir un órgano, ya que España tiene la tasa de donación de órganos más alta del mundo: 35,1 donantes por millón.

Pero este logro podría estar bajo amenaza porque la crisis financiera en la eurozona ha sido especialmente cruel con los presupuestos de salud de los países mediterráneos.

Irlanda, Grecia y Portugal  han visto caídas significativas en sus tasas de donación de órganos ya que se implementaron recortes.

En los años anteriores a la crisis financiera, la tasa de donación de órganos de Portugal fue clasificado como uno de los más altos del mundo. En los últimos cinco años, sin embargo, ha bajado de 31 donantes por millón de habitantes en 2009, a 23,9 donantes por millón en 2012, con lo que el país vuelve a los niveles de 2007.

A pesar de la crisis económica, España ha logrado hasta ahora mantener su alto número de trasplantes de órganos.