Órganos para volver a nacer

Dos gallegos narran cómo se afronta el proceso y la vida tras someterse a un trasplante » Las intervenciones suben un 4,6% desde enero con respecto a 2013

04.06.2014 | 14:30

Carlos Iglesias y Segundo Pardo // FdV

Carlos Iglesias y Segundo Pardo // FdV

¿Pueden dos personas tener un vínculo físico a cientos de kilómetros de distancia o sin haberse conocido? La donación de órganos ‘une’ cada día a personas que nunca se han visto. En el Día Nacional de Donante de Órganos, dos gallegos que se sometieron a una operación de este tipo narran cómo es la espera por un órgano y la vida tras el trasplante. Defensores a ultranza de la donación de órganos, ahora colaboran con entidades en las que asesoran a pacientes.
Carlos felicita a su “hermano de riñón” una vez al año, en la fecha en la que se sometió a un trasplante de riñón. Es así como llama a su donante, que en 2011 le cedió su órgano para que pudiera terminar con la hemodiálisis. Por su parte, Segundo, con 73 años, presume de llevar ventaja en la carrera contra su enfermedad hepática gracias al trasplante de hígado que recibió en 1995. Estos dos gallegos saben lo que es vivir con la incertidumbre de la espera por un órgano.
Desde su trasplante, Carlos Iglesias puede continuar con su vida normal sin tener que acudir al Chuac cada dos días para filtrar su sangre. A cambio, se comprometió a no levantar peso ni tomar el sol; así como a tomar su medicación inmunosupresora para contener las defensas de sus sistema. “Quitando eso, el médico me aconsejó lo mismo que a todos: dieta equilibrada y algo de ejercicio físico”, afirma.
A raíz del trasplante, Carlos decidió que podía hacer algo más: se presentó en la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades de Riñón (Alcer) y pidió ser voluntario. La asociación organiza un amplio repertorio de programas y actividades. Entre ellas se encuentra el programa Bule de ejercicio físico, que este domingo reúne a sus participantes de la provincia y a todo aquel que esté afectado por un patología en la Facultad de Ciencias del Deporte y Educación Física de Bastiagueiro.
Afectado por una cirrosis vírica, en 1995 Segundo recibió la noticia de que existía un hígado compatible procedente de un donante fallecido.
Una vez recuperado, Segundo Pardo fundó la Asociación de Trasplantados Hepáticos de Galicia, que lleva trabajando en A Coruña desde 1996 asistiendo y atendiendo a los afectados por problemas hepáticos.
En 2010 las ya de por sí menguadas subvenciones que recibía esta asociación dejaron de llegar. No obstante, Segundo se sirve de la experiencia para asesorar desde el bufete de abogados de sus dos hijas a los afectados por enfermedades hepáticas que esperan un órgano trasplantado.
Tanto Carlos como Segundo insisten en la necesidad de concienciar a la gente para que se haga donante de órganos. Carlos esgrime su argumento con contundencia: “los donantes en vida viven más tiempo porque se les obliga a pasar una revisión médica cada seis meses”.
La ONT informó ayer de que los trasplantes de órganos aumentaron un 4,6% interanual en los primeros cinco meses del año. En gran parte, debido a la donación en asistolia (muerte por parada cardíaca), que creció un 36% y a la donación en vivo, que incremetó su cifra un 8%.

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