Permanece en el corazón de otras personas al fallecer y considera donar tus órganos.
Si estás leyendo esto, aún tienes tiempo de considerar el hecho de donar tus órganos. Va a llegar un punto en el que todos dejaremos de respirar y en cierta forma, podremos convertirnos en inmortales y ayudar a alguien que necesita algo de nosotros para seguir viviendo.
Muchas personas jamás se han puesto a pensar en el beneficio que tiene el convertirse en donante, esta posibilidad es realmente conmovedora y en verdad, hace falta determinación en las personas para ayudar a los demás y hacer de nuestra muerte algo útil.
Si no estás del todo convencido, te dejamos 5 puntos que te hagan meditarlo o al menos tomarlo como una opción posible:
1. Salvarás vidas
Es una maravilla que de la muerte puedas dar vida; solo tienes que convertirte en un donante de órganos. Para que tengas una idea, solo en Estados Unidos, 18 personas mueren a diario por falta de un donante. Además, hay alrededor de 105.000 personas en la espera de un trasplante. Así que piénsalo: con tus órganos no solo podrías mejorar la calidad de vida de alguien, sino también contribuir a salvar vidas.
2. Siempre habrá más de un beneficiado
Varios de tus órganos pueden ser de gran ayuda: tus riñones, tu corazón, tu hígado, tus pulmones, tu páncreas y tu intestino delgado. Esto significa que tú puedes representar la diferencia entre la vida y la muerte para más de una persona. Asimismo, una partecita de ti continuaría viva en alguien más. ¿Acaso no es esta una perspectiva conmovedora?
3. Voluntad clara
Cuando de donación de órganos se trata, es vital que dejes tu voluntad clara. Esto se debe a que, en algunos países, si la persona no aclara su voluntad de ser donante, la potestad de decidir sobre sus órganos recae sobre sus familiares. Y estos, en la mayoría de los casos, se rehúsan a esta idea por no querer que el cuerpo del fallecido sea “alterado”.
4. Ninguna necesidad
La verdad puede parecer un poco dura, pero aquí va: una vez que mueras, tus órganos no te servirán de NADA. Y, si no los donas, terminarán por desaparecer –ya sea por la cremación, o por el apetito siempre activo de los gusanos–. ¡Es terrible que esto suceda, cuando tus órganos podrían estarle salvando la vida a alguien!
5. Más posibilidades
No todos quienes se registran para convertirse en donantes llegan a serlo. Esto se debe a que los órganos deben ser trasplantados casi inmediatamente después de producido el fallecimiento y este no siempre se produce en un hospital. Por tanto: cuantas más personas se registren, mayores serán las posibilidades de efectuar el trasplante con éxito. ¡Pon tu granito de arena!
Considera que hay personas en una lista de espera interminable y que posiblemente seas tú quien le de ese pedacito de ti que necesita para seguir adelante.