Mi experiencia con la diálisis peritoneal

Ahora se habla mucho de la diálisis peritoneal como una elección muy buena para realizarse la diálisis. Estoy de acuerdo.

En mi experiencia personal, y hablo de muchos años atrás, estuve un tiempo realizándome la diálisis peritoneal ambulatoria durante el tiempo de preparación para el trasplante de donante vivo emparentado (mi padre).

La verdad es que fue una temporada bastante buena (dentro de lo que cabe), pues además de que no me tenía que pinchar, pues no me gustan nada las agujas (como a todo el mundo, supongo), el no tener que ir al centro de diálisis me daba bastante libertad. Lo único que tuvieron que realizarme fue, una pequeña intervención para introducirme el catéter. Estuve unos días molesta hasta que me adapté a llevar el tubito.
El tener que cuidarme del catéter y de mi diálisis me daba un sentido de la responsabilidad enorme, y procuraba hacerlo todo siempre tal y como me habian enseñado las enfermeras y los médicos, para no tener ningún tipo de problema por culpa de una infección.
Me hacía tres o cuatro pases, dependiendo del día, y muchos sábados, me hacía un pase y salía disparada para el baile donde me esperaban mis amigos. Creo que he dicho varias veces que me apasiona bailar 🙂
Procuraba llevar el catéter bien sujeto para que no tuviera ninguna molestia, o algún tirón por descuido, sobre todo al bailar. Además llevaba ropa amplia pero moderna y no se notaba nada. 

En esa época yo tenía unos 19 años y me gustaba mucho arreglarme y salir con los amigos (más o menos como ahora). Hay que saber que en aquél tiempo el catéter iba con la bolsa del líquido de diálisis vacia incluida y enrollada a la cintura. Así que el “bulto” para tapar era mayor y más complicado que actualmente. Pero yo me las ingeniaba muy bien para que no se notara nada. Hoy en día, sólo asoma el catéter y se tapa perfectamente con un trozo de gasa.
Al principio, iba muy despacio y con mucha cautela al realizarme los cambios, pero poco a poco, se volvió una rutina y me sorprendía la rapidez con la que me realizaba los pases. El ratito que tardaba en salir el líquido de diálisis con las toxinas, lo aprovechaba para leer o resolver crucigramas, más o menos unos 15 o 20 minutos, creo recordar. Luego, introducía líquido limpio y a seguir con mi vida. El abdomen tenía constantemente unos dos litros de líquido con lo que tenía un poco de barriguita, pero tampoco era una cosa exagerada.
Sobre todo, lo más importante, era el tener el máximo cuidado al manipular el catéter y los materiales. Además procuraba tener todo lo indispensable para el recambio lo más a mano posible. La higiene era y es indispensable en esta manipulación y en el hospital se encargaban de proveerme de todo los materiales de higiene y desinfección regularmente.
En total estuve un año con este tipo de diálisis, y no me fue nada mal. Y eso que fue hace casi 30 años. Por eso, estoy completamente de acuerdo en que se fomente este tipo de diálisis, pues es menos agresiva y da más libertad. Aunque no todo el mundo puede ser candidato. Supongo que la elección será también en base de que sean personas jóvenes, responsables, adultos que tengan un tipo de trabajo que les convenga esta diálisis o personas que tengan el peritoneo en condiciones para los intercambios de líquidos…
Ana Hidalgo

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