La crisis redujo en un 40 % las visitas a los dentistas y el impacto se verá en quince años
La salud bucal no depende de modas ni de aspectos puramente estéticos. Para el presidente de los odontólogos coruñeses «conservar la boca con hábitos de higiene es prolongar la vida». Ahora que está de moda la blancorexia, es decir, la obsesión por mostrar una dentadura blanca y perfecta, el doctor Suárez critica este trastorno de la personalidad -un 2 % de las consultas en la actualidad son por este tema- y que obvia lo verdaderamente importante: la salud oral.
-¿Cómo es la salud bucal de los gallegos?
-Es aceptable. Teniendo en cuenta nuestro PIB, tenemos un nivel bastante mejor que el que nos correspondería. El nivel de higiene es correcto, limpiamos mucho los dientes, y hay un volumen de personas menores de 25 años que ya conocen las campañas anticaries.
-¿Hay diferencias por sexo o edad?
-Es siempre mejor en las mujeres porque acuden al odontólogo con más frecuencia y a cualquier edad. En el medio urbano la tendencia tiende a equilibrarse. La mujer va más porque es más responsable, es más conservadora en la salud y no tiene el miedo atávico al dentista… pero ahora no es como hace 100 años, que se extraían las piezas sin anestesia.
-¿Cuál es la intervención más habitual?
-Fundamentalmente los pacientes vienen a tratarse las caries, porque aumentó en los últimos años, ya que es una enfermedad evolutiva, con mayor incidencia en los países desarrollados. Después las encías y, por último, los problemas asociados a la pérdida de piezas dentales.
-¿La crisis redujo las visitas al dentista?
-Hay estudios del impacto de la crisis que cifra en un 40 % el descenso de afluencia. La consecuencia es que dentro de 15 años la población tendrá una salud bucal peor. La sanidad pública no costea la odontología y las autoridades tampoco han hecho nada para solucionarlo. Estamos a favor de que se aumente el número de odontólogos en la sanidad pública, pues beneficiaría a todos. El problema es que no se ha encontrado una fórmula eficaz para ello. De hecho, las experiencias que se hicieron en Alemania y Gran Bretaña fracasaron. La solución pudiera ser bien el copago o la colaboración financiera con el Estado.
-¿Cada cuánto hay que revisar la boca?
-Se debe acudir al menos una vez al año. Si se demora pueden aparecer caries o incluso lesiones que pueden terminar en cáncer.
-Los usuarios consideran que los precios son altos.
-En varios estudios realizados por nuestros colegios constatamos que no hubo incremento del coste en los últimos seis años, más bien hubo una reducción porque tuvimos que adaptarnos a la crisis, sin por ello renunciar a la calidad y a la seguridad.
-Hay franquicias que ofrecen gangas dentales.
-Como institución colegial no tenemos opinión sobre las franquicias. Lo que no queremos es que disminuya la calidad ni que se empleen materiales inadecuados. Sabemos que debemos acudir a dentistas que nos conozcan, de carácter familiar y especializado. También sabemos que algunos centros realizan sobretratamientos innecesarios.
-¿Qué recomendaría para ganar salud oral?
-Lo fundamental es insistir en una palabra: educación. No importa tanto el número de veces que se cepille un niño sino que interioricen que la boca no es un objeto de lujo, sino un órgano para toda la vida que debemos mantener y que la higiene oral se integre en una serie de acciones, como un hábito saludable más de la persona.
-Dicen que la boca es la puerta de muchos males.
-La boca tiene cada día mayor importancia por su conexión con enfermedades a distancia, como cardiopatías, problemas renales y pulmonares, articulares o abscesos cerebrales, que derivan directamente del estado de la boca. Incluso algunos deportistas presentan un bajo rendimiento físico a consecuencia de caries y otros problemas, que se pueden tratar felizmente con una revisión rutinaria.
José María Suárez Quintanilla presidente del colegio de odontólogos de a coruña