Hipertensión arterial, factor para desarrollar insuficiencia renal crónica

MEXICO

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (Ensanut), en México 22.4 millones de adultos padecen hipertensión arterial. Debido al aumento de casos de hipertensión arterial podrían incrementarse el número de personas con Insuficiencia Renal Crónica (IRC) En México, aproximadamente 129 mil personas viven con IRC.
En México, se calcula que 22.4 millones de adultos de 20 años o más padecen hipertensión arterial siendo esta enfermedad uno de los principales factores de riesgo para desarrollar Insuficiencia Renal Crónica (IRC).

Expertos aseguran que debido a la fuerte correlación que existe entre la IRC y la hipertensión arterial, si ésta última no se mantiene con el debido control, cada vez más personas presentarán algún grado de daño renal, desde Enfermedad Renal Crónica hasta Insuficiencia Renal Crónica en etapa terminal y necesidad de diálisis o trasplante.

Estadísticas nacionales muestran que la incidencia de casos nuevos de IRC en México es de 40 mil personas anualmente; actualmente se cuenta con, aproximadamente, 95 mil personas con IRC en etapa terminal en México, y se estima que para el 2025, el número de nuevos casos en su etapa terminal se incrementará en un 65.9%.

De acuerdo con la Dra. Karina Renoirte, Médico Nefrólogo e integrante de la Asociación Nacional de Nefrólogos de México A.C., “la hipertensión y la enfermedad del riñón van de la mano porque a menudo ocurren juntas”.

Señala a través de un comunicado que la hipertensión arterial es la segunda causa de la enfermedad renal crónica. Asimismo, el daño a los riñones puede desencadenar hipertensión en personas que previamente no padecían de presión alta, ya que los riñones sanos ayudan a controlar la presión arterial.

Es por eso que la hipertensión arterial se encuentra en más del 80% de los pacientes que llegan a tener insuficiencia renal. Además, un alto porcentaje de pacientes con Insuficiencia Renal Crónica desarrollan afecciones cardiovasculares severas, lo que contribuye a un aumento en la morbilidad y mortalidad en dichos pacientes”, mencionó la especialista en Nefrología.

Agregó que “el daño que la hipertensión arterial provoca en los vasos sanguíneos, puede generar una reducción en el suministro de sangre a órganos importantes como los riñones, además, tener presión arterial elevada daña las unidades filtrantes de los riñones y como consecuencia pueden dejar de eliminar los desechos y líquidos de la sangre”.

La especialista recomendó seguir un plan de tratamiento adecuado y mantener la presión arterial controlada a fin de evitar la aparición de la insuficiencia renal y otros eventos cardiovasculares.

De acuerdo con The National Kidney Foundation la presión arterial normal en los adultos mayores de 18 años es inferior a 120/80.

La hipertensión es la elevación de la presión sanguínea, con cifras arriba de 140/90 mmHg en la población general adulta, tomada en 2 o más ocasiones.

En el caso de personas con diabetes, enfermedad renal o con complicaciones del corazón ya establecidas, la cifra para determinar hipertensión es por arriba de 135/85mmHg. Para las personas que tienen Insuficiencia Renal Crónica, se considera alta una presión arterial de 130/80 o más, indicó la especialista en el comunicado.

Terapia de reemplazo

Cuando los riñones pierden su función (filtrado renal por debajo del 10-15 %) es necesario recurrir a terapias de remplazo renal como la diálisis peritoneal y la hemodiálisis, las cuales ayudan al cuerpo al filtrar los desechos y toxinas, haciendo muchas de las funciones de los riñones y ofreciendo a los pacientes, la opción de recuperar su salud y calidad de vida.

La especialista explicó que “la hemodiálisis es una técnica que sustituye las funciones principales del riñón, haciendo pasar la sangre a través de un filtro (funcionando como riñón artificial) donde se realiza su depuración de sustancias tóxicas, retornando nuevamente la sangre libre de desechos al paciente.

Mediante la hemodiálisis se extrae sangre del paciente, la cual es conducida a una máquina especialmente diseñada para depurarla, eliminando de ella lo que el riñón no puede, y devolverla al paciente en condiciones adecuadas.”

Respeto a la diálisis peritoneal afirmó que “se emplea el revestimiento del abdomen –peritoneo que es altamente vascularizado, para filtrar la sangre dentro del cuerpo.

Este revestimiento se llama membrana peritoneal y actúa como un riñón artificial. Para realizar este procedimiento se utiliza una solución llamada diálisis, ésta se transporta por un catéter hasta llegar al abdomen del paciente. Con esto se extraen los desechos y el exceso de agua corporal.”

Para concluir, la Dra. Renoirte hizo un llamado para controlar la presión arterial. “Por lo general, la hipertensión no presenta síntomas. La única manera de saber si la presión arterial es demasiado alta es midiéndola. Es conveniente controlar la presión en cada visita al médico.”

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