La OMS declara la seguridad del paciente como problema de salud pública

Afecta a uno de cada 10 hospitalizados en el mundo
Una de cada 10 personas hospitalizadas sufre algún tipo de efecto adverso durante su estancia en el hospital, según datos de la Organización Mundial de la Salud, que considera la seguridad del paciente como un problema de salud pública en todo el mundo. La OMS reconoce, en este sentido, que la seguridad del paciente y la calidad de la atención que se le presta son aspectos fundamentales de la cobertura sanitaria universal


























Madrid, 1 de julio 2014 (medicosypacientes.com)
La seguridad del paciente es un problema de salud pública en todo el mundo, según constata la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se calcula que en los países desarrollados hasta uno de cada 10 pacientes sufre algún tipo de daño durante su estancia en el hospital. De cada 100 pacientes hospitalizados en un momento dado, siete en los países desarrollados y otros 10 en los países en desarrollo contraerán infecciones relacionadas con la atención de salud. De tal forma que millones de pacientes se ven afectados por este problema cada año en todo el mundo.
Actualmente, se reconoce cada vez más que la seguridad del paciente y la calidad de la atención que se le presta son aspectos fundamentales asociados a la cobertura sanitaria universal. En la Asamblea Mundial de la Salud de 2002, los Estados Miembros de la OMS adoptaron una resolución sobre la seguridad del paciente. Por otra parte, y desde la puesta en marcha en 2004 del Programa de Seguridad del Paciente de la OMS, más de 140 países han tratado de solucionar los problemas que plantea una atención sin garantía de seguridad.
El daño ocasionado puede ser consecuencia de distintos errores o efectos adversos, traducidos, en su mayor parte en infecciones. La frecuencia de tales infecciones puede reducirse en más de un 50% con la adopción de medidas sencillas y de bajo costo para la prevención y el control de infecciones, según indica dicho Organismo.
Se estima que cada año se realizan en el mundo 234 millones de operaciones quirúrgicas. La atención quirúrgica conlleva un riesgo considerable de complicaciones. Los errores en ese ámbito contribuyen a aumentar considerablemente la carga de morbilidad, a pesar de que el 50% de las complicaciones que surgen en la atención quirúrgica pueden evitarse.
Se calcula que existen 1,5 millones de dispositivos médicos diferentes y más de 10 000 tipos de dispositivos disponibles en todo el mundo. Sin embargo, la mayor parte de la población mundial no tiene acceso adecuado a dispositivos médicos apropiados y seguros en su sistema de salud. Más de la mitad de los países de ingresos bajos y medianos-bajos no cuentan con una normativa nacional sobre tecnología sanitaria que pueda garantizar el uso eficaz de los recursos mediante una planificación, evaluación, adquisición y gestión adecuadas de los dispositivos médicos.
La medición realizada en 2010 de los indicadores principales sobre la seguridad de las inyecciones revela que ha mejorado considerablemente la tasa de reutilización de los dispositivos de inyección (5,5% en 2010), mientras que se han conseguido logros modestos mediante la reducción del número de inyecciones por persona por año (2,88 en 2010).
Mayor seguridad en una planta nuclear
que en un hospital
Asimismo, la OMS pone el foco de atención en que actividades supuestamente de alto riesgo, como la aviación o las plantas nucleares, tienen un historial de seguridad muy superior al de la atención médica. La probabilidad de que un pasajero sufra algún daño en un avión es de 1 en 1 000 000. En cambio, la probabilidad de que un paciente sufra algún daño ocasionado por la atención médica es de 1 en 300.
La experiencia y la salud de los pacientes son el eje de los servicios de atención médica orientados al paciente y centrados en las personas. Las experiencias y perspectivas de los pacientes son valiosos instrumentos de aprendizaje y baremos que permiten determinar las necesidades, vigilar los progresos y evaluar los resultados.
Desde hace décadas las alianzas bilaterales entre hospitales destinadas a mejorar la seguridad del paciente y la calidad de la atención han servido para el intercambio técnico entre el personal sanitario. Tales alianzas ofrecen un canal de aprendizaje bidireccional sobre seguridad del paciente y la posibilidad de encontrar conjuntamente soluciones en unos sistemas de salud mundiales que cambian con rapidez.

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