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Nuria Morillo Romero | MadridUn equipo de investigadores del Hospital General de Massachusetts de Estados Unidos ha publicado en la revista Nature Medicine, el proyecto por el que quieren lograr conservar órganos destinados a trasplantes varios días fuera del cuerpo sin que se dañen. Por ahora lo han logrado con el hígado de un ratón, que ha permanecido hasta 3 días bajo un frío extremo, pero sin congelación, y tras tres meses de trasplante la supervivencia fue del 100%. Para que el órgano sobreviva durante tres días, cuando lo normal son como mucho 12 horas, los investigadores utilizaron la combinación de una máquina de perfusión que suministraba oxígeno y nutrientes a los vasos capilares, y a la vez, fueron enfriando los órganos hasta -6º, mientras era sumergido en una solución de dos compuestos químicos. Los compuestos eran 3-OMG, que se obtiene de la glucosa y no es tóxico, y PEG-35kD, que tiene propiedades anticongelantes que algunas especies animales acostumbradas a las bajas temperaturas tienen en su organismo. Los dos compuestos protegieron a las células y tejidos de los daños al estar expuestos a bajas temperaturas. Los autores del estudio afirman que, aunque la congelación está aceptada para conservar células, en el caso de los órganos, que son más complejos, la congelación no es válida. Aún que el estudio haya tenido un éxito del 100% en hígados conservados durante 3 días en ratones, si aumentaban el tiempo de conservación un día más, la eficacia descendía a un 58%. Los autores no quieren dar la batalla por ganada, ya que primero tendrán que ver los resultados en mamíferos más grandes, como el cerdo, que es el animal más similar a los humanos en relación a los trasplantes. Si el proceso continúa teniendo éxito, para utilizarlo con humanos habría que tener en cuenta el tamaño del hígado, que es mayor, con la cantidad de solución química, con los que el riesgo de que el órgano llegara a congelarse también aumentaría. Esta es la razón por la que también están trabajando en nuevos compuestos para la conservación en frío sin dañar los órganos. Además tiene que investigar si se puede enfriar un órgano cuyo propietario haya sufrido algún problema isquémico, una insuficiencia en el suministro de oxígeno a los órganos. |