El sistema público de salud del Reino Unido (NHS en inglés) presentó un proyecto piloto de la sanidad pública británica que incluirá por primera vez en el programa para trasplantes de hígado a aquellos pacientes con una enfermedad hepática grave derivada del consumo de alcohol.

La propuesta elaborada por el Servicio de Hematología y Transplantes del NHS, ha reabierto el debate en los medios británicos respecto a que si este tipo de enfermos merece un tratamiento de estas características.

Actualmente, en el régimen sanitario británico, las personas con hepatitis severa relacionada al alcohol, son excluidas de recibir un trasplante pues se cree que no hay grandes posibilidades de mejoría.

“Trasplantamos a seres humanos, no a ángeles”, declaró al diario “The Guardian” el director médico del servicio del NHS, James Neuberger, que ha calificado el consumo de alcohol como un área “muy compleja y emotiva”.

El proyecto piloto pretende reclutar en un par de años a 20 pacientes entre los 18 y 40 años de edad, que sean diagnosticadas por primera vez con una enfermedad hepática relacionada con el consumo elevado de alcohol.

Según datos oficiales, el número de muertes por enfermedad hepática es cada vez mayor en el Reino Unido, una tendencia que según los profesionales podría significar una mayor demanda de órganos para operaciones de trasplante.